CÉLULAS PENSANTES. LA MENTE DE LAS CÉLULAS.

CÉLULAS PENSANTES. LA MENTE DE LAS CÉLULAS.

La Dra. Candice Bert quien fuera Jefa de Biología Molecular en el Instituto Nacional de Salud (EEUU), descubrió las endorfinas y consecuentemente los neuropéptidos, que actualmente han sido estudiados por cientos y miles de científicos. Fue la Dra. Bert, quien primero demostró que cuando pensamos, o sentimos, o nos emocionamos, o deseamos algo, eso se transforma inmediatamente en una molécula.
Al comienzo, se creyó que esa molécula se formaba en el cerebro; y por eso se denominó neuropéptido. «Neuro» porque pertenece al cerebro y «péptido» porque se parece a las proteínas.
Demostró que las fluctuaciones de energía en el campo energético en el que experimentamos un pensamiento, se transforman en ciertos péptidos en nuestro cerebro. Y así, es como se comunican las neuronas entre sí.

Así, es como se hablan las células en el cerebro. En realidad, estos péptidos son como pequeñas llavecitas que entran en la superficie de otras células, donde hay pequeñas ranuras para ellas, como pequeñas cerraduras. Así es que, cuando uno tiene un pensamiento, éste se transforma en una molécula que es como una llavecita, la cual viaja y luego encuentra su cerradura; y entra en esa cerradura. Y, una vez que entró en la cerradura, la célula recibe el mensaje.

Estas cerraduras se llaman receptores, que hay en el cerebro. Esto, en sí, ya era interesante. Pero lo que descubrió la Dra. Bert (que luego, confirmaron otros científicos), fue que existen receptores de estas moléculas de la mente, no sólo en las células cerebrales, sino en todas las células de todas partes.
Cuando comenzaron a observar las células del sistema inmunológico, por ejemplo, las que protegen contra el cáncer, las infecciones, etc., encontraron receptores de los mismos mensajeros químicos en las células T, en las células B, en los monocitos…

Tus células inmunológicas, están literalmente vigilando cada pensamiento tuyo, cada emoción, cada concepto que emites, cada deseo que tienes. Cada pequeña célula T y B del sistema inmunológico, produce las mismas sustancias químicas que produce el cerebro cuando piensa.

Ahora podemos decir que las células inmunológicas son pensantes. Numerosos estudios demuestran que cuando una persona está triste y cuando esta tristeza es prolongada (especialmente, después de la muerte de un cónyuge, luego de un matrimonio largo), tiene mayor incidencia de cáncer u otras enfermedades. Son células pensantes, son conscientes.

Ahora, la Dra. Bert y otros científicos han descubierto que no sólo se trata de las células inmunológicas. Por donde quiera que uno mire, en el cuerpo, hay receptores de neuropéptidos. Pero ya no se les puede llamar neuropéptidos, porque no están confinados exclusivamente al sistema nervioso. Los produce el estómago, los intestinos, el colon, los riñones, las células del corazón. Así que cuando decimos, «lo siento en mis entrañas», no estamos hablando simbólicamente, sino muy literalmente, ya que nuestros intestinos producen las mismas sustancias químicas que nuestro cerebro cuando piensa.

Lo mismo ocurre cuando decimos: «mi corazón está triste». No hablamos simbólicamente, el corazón realmente está triste.

Por lo tanto, no podemos confinar la mente al cerebro, sino que está en cada célula del cuerpo. Este es nuestro primer gran salto, porque creíamos que la mente se encontraba solamente en el cerebro. Está en TODO el cuerpo. Y el segundo gran salto que tenemos que dar, es que tampoco se puede confinar a todo el cuerpo, sino que está en todo el Universo.

Este, es una GRAN mente no localizada que aparece aquí y allá, como la experiencia del pensamiento. En verdad, TODO el Universo es un organismo consciente, vivo, pensante. No somos máquinas físicas que aprendimos a pensar. En realidad, somos pensamientos de una mente universal que aprendimos a crear una máquina física.
Esta mente universal, que podríamos llamarla mente no-local; y si no les gusta este término pueden simplemente decir, el campo unificado interactuando consigo mismo a través de un proceso de fragmentación simétrica, se expresa como fuerzas de la naturaleza.
Y estas fuerzas naturales estructuran el Universo material. Pero estas fuerzas naturales, no son fuerzas al azar, no son solamente campos de fuerza, son campos de inteligencia e información.





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